Yo no sé qué hacer contigo,
ni te tengo, ni te olvido,
ni quiero seguir así:
juguete de tus caprichos.
Para qué quererte tanto,
para qué tanto deseo.
Para qué este loco amor
que lo quiero y no lo quiero.
Y es que ya me acostumbré
a tu forma de entregarte,
al calor que hay en tu piel
y al placer de acariciarte.
Cuando te sientes mujer,
no hay cariño para darte
cuando te sientes mujer.
Qué daría por tener tus caricias
cada día y poderte complacer
cada vez que fueras mía.
Qué daría por saber que jamás te perdería.
No acierto a ver el camino
que me separe de ti.
No puedo seguir contigo,
ni puedo vivir sin ti.
Qué daría por tener tus caricias
cada día y poderte complacer
cada vez que fueras mía.
Qué daría por saber que jamás te perdería.
No acierto a ver el camino
que me separe de ti.
No puedo seguir contigo,
ni puedo vivir sin ti.
ni te tengo, ni te olvido,
ni quiero seguir así:
juguete de tus caprichos.
Para qué quererte tanto,
para qué tanto deseo.
Para qué este loco amor
que lo quiero y no lo quiero.
Y es que ya me acostumbré
a tu forma de entregarte,
al calor que hay en tu piel
y al placer de acariciarte.
Cuando te sientes mujer,
no hay cariño para darte
cuando te sientes mujer.
Qué daría por tener tus caricias
cada día y poderte complacer
cada vez que fueras mía.
Qué daría por saber que jamás te perdería.
No acierto a ver el camino
que me separe de ti.
No puedo seguir contigo,
ni puedo vivir sin ti.
Qué daría por tener tus caricias
cada día y poderte complacer
cada vez que fueras mía.
Qué daría por saber que jamás te perdería.
No acierto a ver el camino
que me separe de ti.
No puedo seguir contigo,
ni puedo vivir sin ti.